miércoles, 24 de mayo de 2017

El Violín de Wuilly

Hoy vi llorar a Wuilly por su violín, pero esta vez no fue porque lo perdió o se lo robaron, ¡Fue porque se lo rompieron!, yo tampoco sabía quién era Wuilly, mucho menos que tocaba el violín en cada marcha, ¡Porque no se pierde ninguna de ellas!, pero Wuilly no sólo toca el violín, supe que también es cantante, compositor, y pianista ¡Pa' qué más pues!. 
Y hoy Wuilly se ha ganado el respeto de Venezuela, y no exagero si apuesto a que también el de la mitad del mundo y un poquito más de eso, y no se lo ganó porque subió a un escenario a tocarlo, ni fue a un concurso de talento, ¡No!, él es uno de esos tantos jóvenes que salen a la calle a buscar una libertad que les pertenece.
Wuilly se cansó de vivir con miedo, con carencias injustas, se cansó de vivir a medias, él marcha y su único escudo contra las armas asesinas del gobierno, es su violín, mientras lucha por una Venezuela secuestrada por inhumanos que prefieren gobernar odio que liberar el futuro... Un violín que le fue arrebatado y roto como muestra del odio que le tienen al progreso, al pensar distinto, a hacer frente a jóvenes que no quieren ni pueden doblegar.
Y es cierto, hay muchos Wuilly que desde hace dos meses salen a dar la cara por los que tienen miedo, por los que no creen en un futuro, por los que se resignan, por los que se han ido, por los que han muerto en la lucha de una Venezuela distinta. Wuilly como millones de jóvenes (sin exagerar lo de millones), llevan 19 años viviendo en un socialismo que no quieren, que no les convenció y contra él luchan.
Cómo se puede dejar de creer en un país donde el sonido de un violín suena más alto que una bala, cuando tratan de ahogar por medio de bombas, el cántico celestial de su sonido, ¡No, no podemos dejar de creer!, porque hoy a Wuilly le rompieron el violín pero no mataron sus estrofas, él seguirá tocando porque desde cada rincón de Venezuela y el exterior le ofrecieron reemplazarlo, tanto le ofrecieron que podría crear su propio grupo de violinistas.
¡Esta es mi Venezuela!, en la que nací, me crié y en la que quiero morir, pero no quiero morir detrás de barrotes de dictaduras, pero tampoco quiero vivir, ni que vivamos, entre obligadas cadenas de normas impuestas por quienes no les duele la destrucción de un país Progresista, un país rico en petróleo, en reservas naturales, que tiene, como dice la canción, desierto, selva, nieve y volcán,
Wuilly, hoy las notas de tu violín tocaron más alto que el despliegue de tropas asesinas vestidas de trajes de supuestos protectores del pueblo, hoy gracias a Dios, no te tocó una bala, una bombas ni una tanqueta, hoy fuiste tú quién nos tocó el alma, porque no sólo llorabas por tu violín sino porque pensaste que estaban callando tu voz, sin saber que hoy, los gritos sonaron más fuertes, más lejos y más duro, hoy ¡Libertad! traspasó más fronteras de la que tú mismo ni te imaginas.
Gracias Wuilly porque tu violín será una de las notas más altas que se escribirán en esta historia que, jóvenes como tú, están escribiendo en Venezuela, y allí dentro de algunos años cuando Venezuela sea libre, cuando se recupere y vuelva a ser lo que fue, sabrán que "EL VIOLÍN DE WUILLY", fue una de las armas  mortales contra el gobierno más nefasto que tenido nuestro país...
Gracias Wuilly Arteaga, Gracias a cada uno de esos que salen a hacer frente a esta dictadura, y Gracias también a esos que dieron su vida por nuestra Libertad.


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